¿Por qué no hay una «marea» que defienda el medio ambiente?

Viendo y escuchando en los medios de comunicación cómo la marea blanca (sanidad) o la verde (educación) se manifiestan constantemente semana sí y semana también se me viene a la mente varias preguntas: ¿dónde están (o estamos) los defensores del medio ambiente? ¿el medio ambiente tiene cabida en esta revolución social? ¿Es el medio ambiente una prioridad dada la situación económica actual? ¿Se ha acabado el tiempo de las reivindicaciones ambientales?

Sin duda, la primera pregunta es la más importante porque la respuesta a ella probablemente nos responda al resto de las cuestiones. Entonces, ¿dónde están los defensores del medio ambiente? La respuesta la tenemos en cada una de las múltiples mareas, pues los defensores del medio ambiente nos encontramos distribuidos entre ellas.

Es en Mayo del 68 el momento álgido de aparición de los “ismos”, dando lugar a la aparición, entre otros, del feminismo, pacifismo o el ecologismo. Una misma filosofía de vida encajaba en estos movimientos provocando que se entremezclasen y que la inmensa mayoría de los perteneciente s a uno de los grupos también estuvieran en el resto. Esta situación podemos extrapolarla a las movilizaciones actuales. Es frecuente encontrar a las mismas personas en diferentes manifestaciones, mareas, reuniones o plataformas.

La diversidad de movimientos, junto a la condensación de las movilizaciones podría ser la responsable de la inexistencia de una “marea” que incluya las reivindicaciones de los defensores del medio ambiente.

¿Cuál podría ser la solución o soluciones a esta situación? Una posible solución podría pasar por incluir en cada una de las mareas referencias a la protección del medio ambiente (tal y como ocurre con otras reivindicaciones, como es el caso de las personas que portan la bandera republicana o las alusiones al colectivo LGTB). La creación de una marea específica por la protección del medio ambiente conllevaría la disgregación aún mayor del resto de movimientos, por lo que a bote pronto no sería una solución práctica.

Por tanto, la lógica nos dice que la fusión de movimientos, la adopción de las reivindicaciones por parte de otros grupos podría ser una solución factible. El diálogo entre los movimientos, la interacción y la flexibilidad en las reivindicaciones serían claves a la hora de poner en práctica esta idea.

Autor:

José Luis Vicente Vicente